Las historias que siempre cuento

Luces rojas

No recuerdo como salí de la embajada, ni que me dijeron. No recuerdo el viaje de regreso. Tampoco recuerdo haber llorado ni haberme puesto brava. Viendo hacia atrás pienso que tal vez era una resignación profunda. Ya toda la energía que había acompañado mi ira me había abandonado.

Las historias que siempre cuento

Los Semáforos

Los veía en todo lado cuando nunca en mi vida me habían importado ni les había prestado atención. Los veía específicamente en rojo. Tantas eran las coincidencias, que empecé un juego para cuando iba por la calle. Consistía en cazar semáforos en verde. Nunca lo hacía. Incluso un día, cuando tomaba una foto a una vitrina, me percaté que un semáforo en verde se reflejaba detrás de mi. Me di la vuelta a toda velocidad para encontrarlo en ¡rojo! ¿Qué significa? le había preguntado cientos de veces. Silencio.

Viaje

¿Por qué voy a Esmeraldas?

Ir a Esmeraldas significaba un viaje de 16 horas en carro. Dos días de viaje, tres días de trabajo duro dando una fiesta a 350 niños, en calor sobre los 32 grados centígrados. En comunidades remotas en la selva esmeraldeña donde no hay agua potable, ni energía eléctrica estable, ni alcantarillado, ni señal telefónica. Hace años que dejé de trabajar con niños, ¿iba por ellos? Siempre quise ser misionera, pero dejé de serlo hace años. Después de pensarlo, esto es lo que le respondí.