Era como si me dijeran que iba a vivir los días más bonitos de mi vida, pero que al terminar la semana los olvidaría todos. Escribir hace eso por mí, mantiene mi memoria viva.
Autor: Erika Molina
Luces rojas
No recuerdo como salí de la embajada, ni que me dijeron. No recuerdo el viaje de regreso. Tampoco recuerdo haber llorado ni haberme puesto brava. Viendo hacia atrás pienso que tal vez era una resignación profunda. Ya toda la energía que había acompañado mi ira me había abandonado.
Chila
No creía de todo mis frases favoritas como: “Más rápido solo, pero más lejos juntos”, o “Fuimos creados para vivir en comunidad”, o más aún, “Fuimos hechos para vivir en familia”. Dentro de mí, al parecer, si era más fácil estar solo, o sin amores grandes.
Los Semáforos
Los veía en todo lado cuando nunca en mi vida me habían importado ni les había prestado atención. Los veía específicamente en rojo. Tantas eran las coincidencias, que empecé un juego para cuando iba por la calle. Consistía en cazar semáforos en verde. Nunca lo hacía. Incluso un día, cuando tomaba una foto a una vitrina, me percaté que un semáforo en verde se reflejaba detrás de mi. Me di la vuelta a toda velocidad para encontrarlo en ¡rojo! ¿Qué significa? le había preguntado cientos de veces. Silencio.
Introducción
Veía las luces de la plaza en fila a través del parabrisas. Su calidez una tras otra a la distancia traía un poco de calma al empedrado entre las casas centenarias. Su orden contrastaba con lo que me faltaba. Me sentía perdida, sin una línea clara que seguir, sin luces que me guiaran.
Tus hijas te estiran
La primera vez que sentí cómo un hijo afecta tu vida, fue cuando encontré a Chester en la calle bajo la lluvia y lo dejé quedarse en mi departamento. Si, Chester era un perro.
¿Por qué voy a Esmeraldas?
Ir a Esmeraldas significaba un viaje de 16 horas en carro. Dos días de viaje, tres días de trabajo duro dando una fiesta a 350 niños, en calor sobre los 32 grados centígrados. En comunidades remotas en la selva esmeraldeña donde no hay agua potable, ni energía eléctrica estable, ni alcantarillado, ni señal telefónica. Hace años que dejé de trabajar con niños, ¿iba por ellos? Siempre quise ser misionera, pero dejé de serlo hace años. Después de pensarlo, esto es lo que le respondí.
Como el desayuno
En medio de los cambios, el horario incierto, y las cancelaciones, el hambre permanecía constante, presente y rutinaria como siempre.
Olas: Amar 2.0
Este año, en cada ola que se me ha venido, Dios me ha hablado sobre qué significa su amor en la cruz. Un nivel más de entendimiento. (¿Alguna vez la cruz nos dejara de sorprender?) Lo primero que me sorprendió era: ¿Por qué Dios escogió hacer un pacto ETERNO con seres tan débiles e inconstantes… Sigue leyendo Olas: Amar 2.0
2019: Olas
El año anterior, aprendí que una buena vida es una vida valiente, y que la valentía asusta. Pensé que domaba la lección como nadie, hasta ahora.